14 noviembre 2011

Humano de hiel

   Por las venas del hombre corre aún esa hiel inherente, ese ardor de fuego natural con el que nace. Desligarse de ellos le es imposible, porque por mas que goce de paz interior, siempre desacordará con algo, y eso le hará hervir la sangre hasta tal punto de reaccionar. El reaccionar será o no violento, pero demostrará su inconformidad. De esta forma se convierte en el animal más caprichoso y egoísta; se ha convertido en su propio depredador por culpa de ese odio que le cubre la piel.
   La sangre del ser humano no es igual a la del resto de los animales. Los animales cazan por instinto, el ser humano "caza" porque es un pelotudo. Ya que estamos preguntándonos (milenariamente, hacia atrás y hacia adelante) qué hacemos acá, cómo es que estamos acá y para qué estamos, hagamos algo que valga la pena. Por los de ayer que realmente merecen ser recordados y por los de mañana, que no existen aún pero a quienes debemos dejar una sociedad construida de tal forma que no despierte la hiel hiriente natural de sus venas.
   

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