07 enero 2013

Benito Ganimedes

  Benito Ganimedes fue, es y será una estrella de... de algo. Sí, lo que pasa es que al chabón un día se le piró la chaveta y empezó a hacer cualquiera. Había empezado con rock, pasó por el pop, le enchufó un reggae y terminó cantando reggaeton con Pitbull. Y no solo eso, a solas escuchaba a Beethoven y Mozart, y cuando iba al kiosco cantaba Palito Ortega con el kiosquero.
  Lo mejor de todo es que en cada uno de esos géneros el loco tenía éxito. Y cada vez que terminaba un recital las mujeres le tiraban corpiños y tangas. Y los hombres le tiraban besos, "todo así muy gay" pensarán ustedes, pero posta que le tiraban besos.
  A la gente le copaba la música de Benito. Ir a un recital suyo era como ir a un encuentro donde te encontrabas a todo tipo de gente, con diferentes gustos y filosofías de vida, y sobre todo, lo más importante, a la gente le sobaba un h...vo cómo estabas vestido o qué música ibas a escuhar: Benito Ganimedes unía multitudes.
  Pero un trágico día Ganimedes sufrió una crisis en su carrera... se presentó a su recital número 20.536 un grupo de gente grunge. Y a Benito le empezaron a temblar las piernas, jamás en su vida había hecho grunge, y la presencia de esa gente su recital casi  era una obligación para él hacer grunge. Y le dio tanto miedo no poder hacerlo que se fue, se bajo del escenario y nadie lo vio más.
  Trágica y corta historia de gente que cree animarse a más, pero no lo hace.

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